En otro aspecto, podemos señalar que también hace referencia a la definición del objeto, del tipo de evaluación que se realiza, del soporte analítico, de las concepciones asumidas y de los métodos utilizados, están sujetos a las políticas públicas, institucionales y de cada centro en particular. En estas cuestiones descansan los criterios más generales y particulares de cómo debe ser conducido y ejecutado el proceso evaluativo. Consecuentemente, aparecen diversos enfoques: cuantitativistas, cualitativistas y naturalistas (García, 2003).
Debemos señalar que en esta línea que pese a las afinidades y divergencias entre estos, la tendencia contemporánea apunta hacia una mayor preocupación por el carácter ético, democrático y flexible de la evaluación, así como por el respeto a la pluralidad de criterios, incluyendo el de los propios estudiantes.
(tomado de http://www.campus-oei.org/revista/debates57.htm, 17/06/05).
Elaborado por: Jesús González-Campos
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